sábado, 27 de diciembre de 2008

Un relato de aventuras

7 comentarios:

Unknown dijo...

PERDIDO EN UNA ISLA

Esta historia ocurrió en una isla perdida, en la que viví tres años esperando que me rescatasen. Apenas había agua, y no digamos comida. Y lo peor es que éramos cinco que comer, ya que aparte de mí estaban mi padre, mi madre y mis dos hermanas pequeñas.
Os narraré el día de mi llegada:

Un día de diciembre, mi familia y yo nos montamos en un vuelo con destino de las Islas Canarias, por lo que deduzco que esta isla está en el Océano Atlántico. Más o menos a mitad del trayecto, vimos cómo el motor derecho del avión comenzaba a arder. El piloto dijo que era un fallo de éste; nada que no se pudiera solucionar. Pero antes de darse cuenta, el avión ya estaba empotrado contra el suelo. Increíble fue que todos saliésemos ilesos, exceptuando al piloto, cuyos restos fueron un zapato y medio brazo.

Así que ya veis, esta es la triste historia de un grupo de náufragos.
Aún así teníamos esperanza de que algún día alguien captase nuestra presencia. Pero nadie sabía lo que iba a pasar al día siguiente.

Al despertarnos, como siempre, fuimos a buscar comida, pero esta vez nos adentramos mucho en el bosque. El caso es que descubrimos que allí había un pueblecito bastante modernizado para estar en esa isla. A los diez minutos ya habíamos comido para medio mes, nos habían dado ropas bastante buenas, habíamos conseguido que esos tíos nos dieran un teléfono, y con ese teléfono habíamos conseguido que nos enviaran en unas 2 horas un helicóptero que nos llevó de vuelta a casa.
Allí disfrutamos del final feliz de esta historia.

María dijo...

El viaje indefinido

El día de mi cumpleaños Sofía me regaló un viaje para ir a las Islas Canarias y por supuesto tendría que aguantarla. Nos íbamos en una semana; prepare las cosas y esperé a que llegara el día, tardaríamos dos días aprox. pero por una tormenta cogimos una ruta equivocada y acabamos en “Kuna Yala”, una isla desierta, allí sólo había: el capitán, dos pasajeros, Sofía y yo. Los dos pasajeros se tiraron al agua antes de llegar, el capitán se volvió loco y se adentró en la isla, solo quedábamos Sofía y yo; hicimos unas camas con hojas, fuego, comimos frutas que había en la isla y en el barco. Al día siguiente llamamos al 112 le contamos la historia y salieron a rescatarnos pero nos dijeron que tardarían porque el Océano Atlántico es muy grande; tardaron dos semanas pero nosotras nos lo pasamos muy bien jugando, pescan… Se nos hicieron cortas, ojala nos volvamos a perder.

María Fernández Novo

Unknown dijo...

LA ISLA

Hace 2 años viví una aventura inolvidable. Yo viajaba en un barco en dirección Australia. Iba por un asunto de negocios. Allí me imaginaba un paisaje como el de las películas: árido, con varios canguros, cañones, árboles aislados...
El barco era amplio, blanco y parecía uno de los que se utilizan para organizar cruceros. Yo viajaba en primera clase.
Soy una joven inteligente y adinerada. He estudiado en las mejores universidades, pero como viajaba mucho terminé los estudios en Oxford. He estudiado derecho y empresariales, por lo que he desarrollado al máximo mis capacidades. Sé hablar varios idiomas, entre ellos el inglés, el francés y el chino, aparte de mi lengua natal, la española.
Cuando solo quedaban dos horas para llegar, oí un estruendo. No me alarmé, pues había viajado varias veces y nunca me había pasado nada.
Yo estaba en mi camarote cuando oí un grito que provenía del pasillo.
Salí rápidamente y vi a un hombre diciendo, mas bien gritando, que fuésemos a los botes salvavidas. Fui corriendo hacia la cubierta. Después me monté en uno, esperando para que otra gente con más experiencia remando se montase también. En ese momento, sin saber el motivo, se soltaron las cuerdas que sostenían el bote en alto y cayó al mar con un brusco movimiento. Yo no sabía remar y entre el miedo y el frío consiguieron que fuese más difícil aún de lo que era. Al final me rendí y dejé que el mar me llevase a la deriva.
Amanecí en una playa. La arena era blanca y fina como la harina y las aguas limpias, transparentes y cálidas. El cielo estaba despejado y no se veía ninguna nube.
Estaba tan mareada que no me levanté, y me quedé allí durmiendo.
Cuando me desperté, ya era de noche, o eso parecía, porque había una luna tan resplandeciente que daba tanta claridad como si fuese de día.
Yo me puse en marcha, pues tenía que moverme para entrar en calor. Primero pensé en utilizar el móvil para llamar a un servicio de rescate, pero no había cobertura.
Después me dije que me las tendría que arreglar allí como pudiese. Pensé que en el interior de la selva encontraría los víveres necesarios. Así pues me dispuse a sobrevivir en aquella isla desierta, sí, pero paradisíaca.
De camino encontré varios frutos azules que resultaron ser comestibles. También encontré un árbol con unas hojas que parecían cabellos finísimos, pero que eran duras y afiladas como un cuchillo.
Al final volví a la playa, pues me parecía el lugar más seguro para pasar la noche.
Hice una hoguera con una madera que encontré a la deriva y con un par de piedras. Allí dormí placidamente hasta que por la mañana me despertó un cosquilleo. ¡La marea había subido alarmantemente! Menos mal que mi sueño era ligero y nunca me dormía profundamente. Decidí establecer mi “campamento” en otro lugar en el que no me pudiese llegar la marea.
Mientras caminaba por el interior de la selva, encontré un río. El agua era transparente y parecía potable. Cuado me agachaba a beber, algo me empujó, y caí dentro del río. Éste llevaba tanta corriente que me fue imposible salir de él por mi propio pie. Al final me rendí y me dejé arrastrar por la corriente del río. Me llevó a un lago. En el fondo, reflejando la luz del Sol, vi un destello. Yo nadé hasta el fondo y encontré una cueva.
Me fui a tumbar en el suelo, pues estaba muy cansada, cuando sentí algo duro en mi espalda. ¡Era un tesoro! ¡Y también había un transmisor de radio!
Me dispuse a salir de aquella isla. Llamé a los servicios de rescate. Cogí todo lo que pude. Y cuando llegué a mi casa, decidí invertir el tesoro en construir una cabaña con agua potable en la isla. Ya tengo residencia de verano.
Sofía de Francisco

Unknown dijo...

Robinson Crusoe:

Robinson Crusoe era un marinero, una tarde salió con su barco a navegar cuando una terrible tormenta azotó su barco arrastrándolo mar adentro. Cuando la tempestad cesó Robinson vio que su barco estaba atracado en una isla que parecía desierta.
Inmediatamente se bajó del navío e inspeccionó la isla.
Descubrió que allí la mayoría de los árboles eran frutales.
Buscó además provisiones en su barco: armas, comida…,cuando ya hubo vaciado el barco se encaminó a buscar un refugio, ya que su barco había quedado totalmente irreparable. En su busca descubrió además todo tipo de animales. Como no encontró ningún refugio recogió palos y, con una espada y un rifle que tenía cazó animales para hacerse ropa y una tienda de campaña , además de comida. Ya instalado recorrió la isla para inspeccionarla. De repente oyó una voz que parecía humana. Al parecer no estaba solo en aquella isla. Inmediatamente se puso a buscar al individuo de aquella isla , pero… no era uno sino una tribu entera . Procuró que no le vieran pero falló y la tribu indígena lo capturó . Hablaban en una lengua muy extraña . De repente uno con pinta de ser el jefe encendió una hoguera y ordenó, según se suponía que pusieran a Robinson en ella .Justo cuando estaba a punto de morir achicharrado una flecha pasó silbando por encima de su cuerpo que le cortó las cuerdas que lo agarraban con fuerza . Miró quien había lanzado aquella flecha y, con asombro descubrió que se trataba de una mujer. Esta le ayudó a escapar de allí : Se lo llevo a un campamento cercano que ella misma tenía montado con unos exploradores y estuvieron presentándose y haciéndose preguntas unos a otros hasta que Robinson confesó que se había quedado naufrago en aquella isla.
Ellos le dijeron que por eso habían venido, se habían enterado por fuentes fiables de que había salido a la mar y por las corrientes y los vientos se habían guiado hasta allí.
Dos horas más tarde estaban de nuevo en la mar con rumbo a casa de nuevo.



javier jimenez 1ºB

CRISTINA dijo...

UNA EXTRAÑA SEMANA EN UNA ISLA

-¿Dónde estoy?-me pregunté a mi misma,pues no me era conocido aquel lugar.

Empecé a recordar vagamente como había llegado hasta ese lugar:estaba en mi casa,discutiendo con mi madre,y entonces ya no aguantaba ni un minuto más allí.Me dirigí hacia el puerto,que no quedaba muy lejos de mi casa,y cogí la lancha a motor de mi padre.Me hice a la mar.Quería alejarme todo lo que pudiese,pero...¡la lancha se estrelló contra una roca!Así llegué hasta aquí.

¡Cómo desearía estar ahora en mi casa!Tomándome un buen chocolate con galletas...en cambio estoy aquí,sin nada de comida,ni agua dulce...

Me adentré por la isla...era muy distinto a las comodidades de mi casa.Habían muchos árboles:palmeras,cocoteros,
plataneros,...
¡Lo más interesante es que no estaba sola!Habitaban unos simpáticos monos.Podía hablar,interactuar,jugar,...¡hasta aprender muchas cosas!Aprendí a hilar con huesos de animales muertos,a escalar,a cortar carne,...en fín que me hice como una más de la familia.Tanto tanto tanto que no me quería ir de la isla,pero añoraba mucho a mi familia...

Pasado dos días comiendo cocos y plátanos,y adentrándome en la isla encontré a un chico de más o menos trece años.

-Hola...-comenzé a hablarle.

-Hola,¿cómo te llamas?

-Yo Marta¿y tú?

-Tom-contestó rápidamente el chico.

Pasaron cuatro días y Tom me dijo que ya era hora para aprender a hacer fuego.Entre frase y frase se cortaba demasiado.Era un chico un poco tímido.Pero al final hice fuego con maderas y unas cuantas piedras.

-¡Maravilloso!-me felicitó Tom.

Por la noche encontramos un trozo de manta blanca,más bien negra,ya que estaba roída por el paso del tiempo,y empezamos a agitarla en el fuego para hacer señales.¡Suerte la nuestra!Un barco de pesca nos vio y nos recogió.El capitán se presentó haciendo una reverencia:

-Me llamo Van Del Lorry,pero me podéis llamar Lorry.

-Vale.Yo me llamo Marta y este es Tom.

Aquel simpático capitán nos llevó a casa.

-Cariño estás de vuelta-me dijo mi madre al verme.

Todos estaban allí,todos lo del pueblo,aclamándome y abrazándome.¡Pues me había hecho famosa!Había salido en los períodicos,en la televisión,...

-Papá,mamá,quiero presentaros a Tom-informé a mis padres después de tres horas-.¿Puede quedarse a vivir?

Mis padres dudaron un poco y al final asintieron:

-Está bien se puede quedar.

Yo abracé a todos y de mi corazón salió una voz que quería que fuera escuchada desde hace tiempo:"Os quiero mucho y nunca más volveré a hacer lo que he hecho."

Fín.

Cristina Cuesta Bravo.

Jaime dijo...

Hace doscientos años me embarque en un barco francés. Íbamos a China a por un poco de seda porque en Francia se había acabado. En el barco íbamos mi padre y yo. A mitad del camino hubo una tormenta colosal…
Me desperté en una isla, caminé hasta encontrarme con un hada que me dijo que si quería ir a ver mi reino, yo le dije que sí. Fuimos bajo el mar hasta llegar a una isla que estaba cubierta por una cúpula de oxigeno para que los habitantes pudieran respirar. Entramos dentro de la ciudad, había muchos árboles, plantas, los edificios eran muy altos, todos eran redondos para que la gente no tuviera que limpiar las esquinas. El hada me dijo que el país estaba en guerra contra unas criaturas marinas y también me dijo que si podía ayudar porque había escuchado que yo era muy bueno usando la espada. Yo le dije que sí, pero que antes de luchar ella tenía que reunir un ejército porque como yo nunca había estado en el reino del que era rey no sabía que guerreros luchaban bien . El hada me consiguió un ejército que estaba formado por cien hombres.
Días después nos fuimos a luchar, conseguimos ganar pero fue una lucha muy dura ya que solo sobrevivimos diez hombres. El hada como premio me dio una juventud eterna y también seda ya que mi objetivo era encontrar seda y no pude, por eso ahora estoy vivo gracias al encantamiento del hada a la que tanto aprecio.
JAIME DE GANDARILLAS CARRARA

Unknown dijo...

EL BARCO FANTASMA:

Hola yo me llamo Miguel Lendinez.Os boy a contar una historia inolvidable:

Era el año XVIII yo vivía con mis padres en una casa más bien pequeña,aunque nos las arreglábamos muy bien.
Todos los días iba a comprar al mercado un poco de fruta y pan,algunas veces no nos daba el dinero para tanto y solo podíamos comprar pan.
Un día fui al mercado a comprar algo,un hombre de mediana edad me que estaba en un barco, vió un chico bien fuerte e interesado en algo de comida,y tuvo una idea.Subió las escaleras del puerto y fue corriendo hacia mí,me toco el ombro y me dijo que si buscaba algo de comida,yo por supuesto le dije que si,-pues ven con migo que tengo unos riquisimos manjares de todo tipo- me dijo esbozando una sonrrisa.Yo encantado fui pensando en que bien híbamos a comer esta noche.
El barco no era muy grande,y la sorpresa que me lleve fue que ¡No había comida! El hombre cogió un saco y me metió en el.Pasaron muchos días y yo no había comido nada.Por fin el barco se paró y me sacaron del saco,¡ESTABA RODEADO DE PIRATAS!Yo estaba muy sorprendido, y vi que el hombre que me raptó estaba hablando con un hombre que parecía destacar sobre los demás,sin dudarlo sabía que ese era el Capitan de la tripulación.De repenta peraron de hablar,y muchos hombres se abalanzaron sobre mí y me arrastraron como un perro hacia el barco.Los hombres se pararon de repente como si vieran algo,pero yo no veíe nada,perose iba dislumbrando algo,era un barco,pero no un barco cualquiera sino...EL BARCO FANTASMA.Un barco gigante,un barco temido por todos.Entré en el barco,y me llevé una gran sorpresa,¡era precioso!Como si hubiera tratado el barco como su jolla más valiosa.Pero toda mi emoción cambió cuando me pusieron trabajo,tenía que limpiar todo el barco todos los días,era una pesadilla.

En mi casa se dieron cuenta de que no aparecía y mandaron una flota llena de hombres para encontrarme y rescatarme.

Pasaron cinco años y yo seguía en el barco limpiandolo,y nadie aparecía.
Un día en el barco vieron un barco español, sabían que los barcos españoles estaban repletos de oro,y que no llevaban mucha munición.Pero de repente una bola de cañon calló sobre este barco,todos se volvieron como locos,no se esperaban que el barco atacase.El barco español seguía atacando, pues esta barco no podía reponder,porque el primer golpe fue devastador.Yo sabía que venían a rescatarme por esosalté al gua y nadé direccion al otro barco,llegué sin problemas al barco mientras veía como el otro se undía.
Me llevaron a mi casa donde saludé a mis padres con un buen abrazo,y donde viví hasta los dieciocho años donde me fui con mi mujer a Francia,y vivimos muy felices para siempre.

Miguel Lendinez de la Cruz